martes, 24 de mayo de 2016

Nuestra fundadora visita el "Mágico reino de Bhutan"


Es un reino que conserva intactas muchas tradiciones seculares y en el que la modernidad no ha terminado con su modo de vida tradicional. Sin duda eso merece que se hable de él y se ensalce su deseo de preservación de la tradición.

Su nombre en la lengua local dzongkha, Brug-yul, significa “tierra del dragón de la tormenta”. Su significado tiene que ver con las violentas tormentas que se desencadenan en las laderas del Himalaya y que provocan enormes corrimientos de tierras.



Bhutan es un pequeño reino suspendido en las alturas situado entre India y Tíbet. Poblado desde la antigüedad, se conocen trazas hasta del 600 a.C. Durante siglos fue invadido por mongoles o tibetanos y no constituía en sí un país, sino que estaba formado por fortalezas( dzongs) que dominaban las tierras de los alrededores y a su población y que serán unificadas por un lama tibetano, Ngawang Namgyal, a principios del s XVII, estableciendo una administración común. Los siglos posteriores conocen un Bhutan en guerra con sus vecinos y conquistador de fronteras. No es hasta el año 1907 en que se instaura la actual dinastía Wangchuk nacida de la guerra entre dos gobernadores, uno de ellos con apoyo británico que resulta vencedor del conflicto y otro con apoyo tibetano. El país será sucesivamente protectorado británico e indio y accederá finalmente a la independencia en 1971.



Las convicciones religiosas de los pueblos de Bhután les impiden matar a todo ser vivo, por lo que su concepto de preservación de la naturaleza, tanto de flora como de fauna, es muy alto.

La etnia más numerosa es la de los drukpas y la religión principal el budismo, con el 41.8% del total.



Nota: Fotos tomadas por Maria Del Carmen Benavides

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