Los Nadis

El Prana es el principio universal de energía vital o fuerza de la vida que reside en todos los seres vivos, en el ser humano el prana se manifiesta a través de la respiración.

Los Nadis son los canales por donde circula ese prana o energía vital. La palabra nadi significa canal energético o flujo, y en este sentido los nadis son un flujo sutil de energía, tales como la electricidad o las ondas de radio que también son flujos energéticos. 

Los nadis no son estructuras físicamente medibles o diseccionables, son canales de energía que sostienen la vida y la consciencia. Los yoguis – en altos niveles de meditación – pudieron descubrir la existencia de los nadis y percibirlos a niveles psíquicos como canales de luces, colores y sonidos. Investigaciones científicas han sido llevadas a cabo con la finalidad de comprobar la existencia de los nadis. 

El Dr. Hiroshi Motoyama – estudioso de la relación mente cuerpo, parapsicólogo, cientfico, autor de numerosos libros, y cuyo sistema filosófico esta basado en las enseñanzas de Patanjali – es el pionero en estas investigaciones. Descubrió voltajes estables de corrientes electromagnéticas que fluían con cierta proximidad al sistema nervioso, lo que el cito ser evidencia de la existencia de los nadis. 

La red de nadis es tan vasta y sutil que los textos sobre el yoga difieren en cuanto a la cantidad exacta de los mismos. De acuerdo con el Goraksha Samhita y el Hatha Yoga Pradipika existen alrededor de 72.000 nadis; el Prapanchasara Tantra afirma la existencia de 300.000 nadis; y el Shiva Samhita afirma que existen 350.000 nadis.

Existen tres nadis principales que pasan por cada chakra: Ida, Pingala y Shushuma. Son los tres canales principales que distribuyen la energía a través de la red pranica completa. Cargas de prana fluyen a través de ellos generando un impacto instantáneo en toda la red. Ellos actúan como los cables de alta tensión que conducen la energía desde las subestaciones o chakras situados a lo largo de la columna vertebral hacia los otros nadis.

Cada chakra es un vórtice de energía que gira bajo la influencia de una corriente positiva y otra negativa que actúan sobre él. Cuando estas corrientes se cruzan en los nódulos en que la positiva es dominante, el chakra gira en su dirección apropiada, por tanto, cada chakra parece que gira en la dirección opuesta 

al anterior y al posterior.

Es un proceso similar al que se produce cuando se genera electricidad, ya que las corrientes son alternas, no directas. Este proceso se relaciona también con el flujo de energía que hay alrededor de la superficie terrestre, debido a la rotación diurna de la Tierra sobre su eje. Cuando gira la Tierra entre mediodía y medianoche, la corriente fluye hacia el Sol, pero durante la otra mitad de su revolución entre medianoche y mediodía fluirá en la dirección opuesta. Y dado que el hombre es un microcosmos del macrocosmos, este proceso se refleja similarmente en su sistema, por lo tanto sus corrientes de energía también alternan entre sus polaridades.