Una guía de comportamiento y cortesía en la clase de yoga
NO llegues tarde
Llegar tarde puede sucederle a cualquiera, y definitivamente es mejor llegar un poco retrasados que no hacer la práctica. Sin embargo, debes observar esas llegadas tarde que se convierten en “crónicas”. Además de privarte del beneficio que tienen la meditación inicial y los cantos interrumpes con tu ruido y quebrantas la energía ya establecida en el grupo. Si por casualidad algún día llegaras tarde espera a que los cantos y la meditación finalicen; entra lo más silenciosamente posible; y sobre todo la próxima vez trata de llegar temprano.
Observa. SILENCIO (Mouna)
Ten presente que la práctica es un tiempo para la introspección, y que el estado meditativo se alcanza sólo a través del silencio. Si cuchicheas con el que tienes al lado, o lo corriges se escuchará seguramente hasta el último rincón de la sala, y estarás perturbando con ello el estado de concentración ya alcanzado por la gran mayoría. El único que corrige o da instrucciones es el profesor. Limítate a socializar antes o después de la práctica.
APAGA tu Celular Completamente y guardalo
Esta es una regla tan obvia, y sin embargo muchas personas mantienen el celular encendido al lado del mat o en un lugar visible. Todos -incluyendote- van a la clase en busca de un poco de paz mental; salir de la agobiante rutina; ejercitarse y poder experimentar un nivel diferente. Al estar pendiente de tu cel no lo lograrás.
La sala NO es un consultorio médico
Si tienes alguna condición médica o lesión importante asegúrate de informar al profesor, y definitivamente mantente alerta si sientes dolor en alguna postura. Pero no conviertas la clase en un consultorio médico! No pretendas ser asistida/o en cada postura. Si tienes preguntas específicas de lo que debes o no hacer con respecto a tu condición de salud considera hablarlo con el profesor antes de la práctica. Aprovecha la oportunidad de incorporar a tu práctica la disciplina yóguica del auto control.
Zapatos, y pies..
Nunca dudes quitarte los zapatos antes de entrar al salón de clase. Y tan importante como eso es el hecho de no pisar los mats de tus compañeros. ¿Cómo te sentirías si los pies sudados de algún desconocido se posaran justo donde pones tu cara en balasana? El yoga mat es para muchos un santuario.
Practica en solitario
Si vas con una amiga a tu clase de yoga procura colocar tu mat en la otra esquina de la sala, y así evitarás la tentación de interactuar con ella durante la clase. El momento de la práctica es un tiempo dedicado a la introspección; al silencio; a la escucha de tu cuerpo y de las emociones que pudieran aflorar durante la práctica. No pierdas la oportunidad de conectarte contigo misma/o a un nivel más elevado.
Escrito por: Maria Luisa Chipman